lunes, 21 de marzo de 2011

Hundida en la duda

Hola Ana,
Te cuento mi situación y te agradezco por anticipado tu ayuda. Llevo diez años con mi marido. En estos diez años se ha mostrado siempre correcto, fiel, generoso, buena persona en general. El primer problema grave que ha sufrido nuestra relación fue hace dos años por mi culpa. Estábamos en un momento de monotonía y en el plano sexual yo me sentía algo insatisfecha y conocí a un chico por el que me dejé deslumbrar. Nuestra relación no pasó de unos besos, pero mi marido se enteró. Y también de que no pasó de los besos porque el chico no quiso, no porque yo no estuviera dispuesta (que no sé realmente si lo hubiera estado, pero eso es lo que parecía en el mail que yo escribí y que mi marido leyó). Eso destrozó a mi marido, lo hundió. Jamás le había visto llorando hasta entonces, lo hacía como un niño. Se sentía dolido y traicionado, y yo me sentía muy culpable. La cosa es que me perdonó. Me dijo que no podría olvidarlo pero sí perdonarlo y seguir viviendo conmigo. Bien, en estos dos años hay algunos aspectos en nuestra pareja que han mejorado, por ejemplo el sexual, donde antes él no mostraba ningún entusiasmo y ahora sí, y yo estoy más feliz en ese terreno. Es cierto que siento que nos faltan intereses comunes, y que no somos una pareja perfecta, pero en general va bien. También es cierto que hay una sombra de desconfianza que surge de vez en cuando que a mí me duele, pero soy consciente de que es el precio que tengo que pagar por lo que hice, y siempre he pensado que con el tiempo la cosa iría a mejor, que se olvidaría.

Bien, lo que pasó ayer no tiene nada que ver con esto, y además me hace dudar sobre qué clase de persona es realmente mi marido. Ayer fuimos a celebrar mi 33 cumpleaños a un restaurante de lujo. La comida fue estupenda. Estuvimos riendo, hablando, haciéndonos fotos, felices, brindando porque hemos decidido empezar a buscar un hijo, comiendo y bebiendo. Y en esto último a mí se me fue la mano. No bebo nunca y la comida era muy ligera, demasiado, tanto que las copas de vino que me bebí me sentaron muy mal. Cuando me levanté del restaurante casi no me aguantaba. Salimos del local y yo le pedí sentarme en un banco, pero al momento no me podía aguantar sentada y me estiré. Él se mostraba avergonzado de mí, la gente nos miraba, eran las cuatro de la tarde, y una mujer estirada en un banco llama la atención, pero yo no podía hacer nada, me encontraba fatal, jamás me había pasado algo así porque ya digo que nunca bebo, ni siquiera cuando era más joven me había cogido una borrachera así. Le pedí que me trajera agua y no me la trajo, y cuando unas señoras se quedaron mirando él le dijo “sí, sí… está borracha” cosa que me humilló profundamente. En cuanto me sentí en disposición nos fuimos a casa caminando como si no fuésemos juntos. Cuando llegamos ya se me había pasado el efecto del alcohol y empezamos a discutir. Yo le dije que se había portado como un cerdo conmigo, y él me dijo que yo no estaba enferma, estaba borracha, y que no había nada en el mundo que más asco le diera que una persona borracha. Yo le dije que no lo había hecho a posta, que jamás me había pasado algo así, y que eso le podía pasar a cualquiera en un momento dado al tener el estómago vacío, y él me decía que tendría que haber parado de beber si me encontraba mal, que ya no era una cría, y que gracias por estropear un momento que tenía que ser inolvidable. Yo estaba enfadadísima y me pasé toda la tarde sola en mi despacho sin ganas de hablar con él. Después me fui a la cama y él se vino. Lejos de haber recapacitado y haber visto que se había comportado como un cerdo conmigo, seguía con lo mismo, y yo estaba ya fuera de mis casillas y le dije “yo no soy tu padre”. Ahí reconozco que me pasé, pues su padre es alcohólico, y de ahí creo que todo el número de la tarde, pues si no es porque su padre es alcohólico aun puedo entender menos su comportamiento, su falta de tacto conmigo, la humillación con lo de las señoras que pasaban, el hecho de no ayudarme en nada en tal trance, como si yo fuera una persona que hiciera eso a cada momento, cosa que no me ha pasado como ya he dicho nunca en la vida. Total que al decirle yo no soy tu padre, a él se le cambió la cara, puso cara de loco y levantó la mano como para pegarme. Me dijo no mientes a mi padre que te mato, y vi que hacía esfuerzos como para no pegarme. Yo me puse nerviosísima, salí de la cama temblando y le dije me voy a casa de mis padres. Y él me dijo, sí, vete a tu casa, pero se lo cuentas todo, explícales tb la clase de hija que eres que me puso los cuernos. Y me mandó a tomar por culo, y varias faltas de respeto más que jamás se habían producido entre nosotros, ni siquiera en la primera crisis que tuvimos. Al final no me fui a casa de mis padres, me lo pensé mejor y no quería darles ese disgusto. El me dijo, tranquila, que no te voy a pegar, si no te pegué cuando tendría que haberlo hecho no lo voy a hacer ahora. Le dije que quería el divorcio y que ya no le quería volver a ver nunca más, y me fui al sofá. Al cabo de un buen rato ya estábamos calmados y empezamos a hablar. Él me pidió que borráramos todo lo pasado a partir de las cuatro de la tarde, como si no hubiera pasado, me dijo que lo sentía, y que de verdad me quiere mucho. Yo no le pude decir yo también, pues todo me dolía demasiado. Me he pasado la noche llorando y por suerte hoy estoy sola en mi despacho, pq mientras escribo no puedo evitar hacerlo también. Esta mañana cuando se ha marchado a trabajar me ha dado un beso y me ha dicho “Como estas?”. Yo le he dijo que regular, y él me ha dicho, “tengo que irme, después hablamos”

El caso es que la persona que descubrí ayer no tiene nada que ver con mi marido, al que yo conozco. No creo que me llegara a pegar nunca, jamás lo vi agresivo, pero las faltas tan graves de respeto que se produjeron ayer no creo que hagan que esto se pueda solucionar de alguna manera. ¿tú qué crees que debo hacer? No quiero contarle esto a mi familia pues le quieren mucho, y sé que les haría daño. Tb sé que en estos diez años su comportamiento ha sido ejemplar conmigo, siempre ha estado ahí para mí, jamás en la vida me había faltado al respeto, siempre ha sido una persona generosa, noble, fiel, de confianza. Por otra parte pienso en el divorcio y en volver a empezar otra vez, con 33 años, ya mayor para poder encontrar otra pareja y llegar a tener hijos, y no puedo dejar de llorar. Gracias de antemano por leerte todo esto, realmente necesitaba desahogarme con alguien.


Yo creo que tienes que ir a terpaia tu, para evaluar qaue quieres hacer con esto., y tambien el . Fue un claro caso de violencia, y hay que ver por que se produce ., Quizaas hay una violencia enquistada desde hace años que no has sabido identificar y que ahora si la notas a plena lkuz cdel dia. El no debniera haber dejado que te emborraches : estabha contigo y podia quitarte la botela oara cuidarte. Y tu si te emborrachastye era porque querias evadirte de ese momento poco grato. El tiene un claro trauna con su padre borracho. la cosa no es simple , y creo que precisas ayuda progfesional. Creo que estuviste conviviendo con un violencto y que recien hoy te das cuenta . Busca ayuda YA. Estas cosas no se perdonan. Yo ni pensaria en tener un hijo con un tipo asi . Quizas con terpaia pouedas rfewsolver esa vioplencia que dlota entre ustedes dos .
Besos
Ana

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