Querida Ana
Ayer, en plenas vacaciones, pasé por una librería a la que entré por inercia (cómo a todas y cada una de las que veo) y por allá ví tu último libro. Cerrado cómo estaba lo compré, sabiendo de antemano que no me iba a pasar lo que con muchas otras autoras: el primer libro me gusta y al comprar otro título pienso seriamente si mientras lo escribía le hicieron una lobotomía o si le usurparon el nombre y escribió alguna otra persona sin la menor condición literaria.Tus libros me encantan y mantienen siempre el estilo y el humor que te caracteriza.Debo aclarar que no tengo un gusto muy definido en cuanto a lectura; leo todo lo que llega a mis manos. Desde el prospecto de un medicamento hasta Nietzche, desde Paparazzi (si la tiene alguien, comprarla jamás) hasta Temas de Derecho Penal Argentino, de mi pareja que es abogado. Tengo en casa cerca de 3.000 libros y mis preferidos, a la hora de relajarme y pasarla bien, son justamente los tuyos (que releo con la misma sonrisa que me arrancaron la primera vez) junto a algunos que fuí encontrando de escritores también de la Sex Humor. No conseguí todavía todos, pero de a poco lo voy logrando. Al llegar a casa y abrirlo, me encontré con la sorpresa de ver tu mail en él. Me dieron ganas de escribirte, de contarte lo bien que me hicieron sentir en momentos muy duros, las sonrisas con las que me pude acostar cuando sentía que el mundo se me venía encima.Es un remedio infalible, el humor, para los dolores del cuerpo y del alma.Simplemente, quiero decirte "Gracias".
Te mando un beso.
Luly
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